sábado, 27 de noviembre de 2021

El Sr. Mercado

En tiempos electorales, hay un personaje que se toma la agenda informativa de mi país.  No es Mon Laferte con el Latin Grammy 2021 o los habitantes de Petorca que siguen sin agua y el verano está por llegar.  No.  Se trata del señor Mercado.  En diarios, radio y televisión nos informan diariamente del estado de ánimo con que amanece: deprimido, estable o con euforia.  

No tengo el gusto de conocerlo personalmente, pero deduzco que es un señor muy importante en fama y poder, y que debe estar a la altura de los líderes más influyentes del planeta, como Vladimir Putin o Xi Jinping.  De otro modo, no sería más importante para los medios de comunicación, que los mismos candidatos en competencia. 

Averiguando por aquí y por allá, me enteré que éste señor reside en varios países al mismo tiempo.  Es como Dios, omnipresente, está en todas partes aunque no lo veamos.  No obstante, hay países que no le dan visa para ingresar.  Las malas lenguas me han contado que lo daría todo por un paseo en el Malecón de La Habana, pero más de 50 años que lo intenta sin resultados.  Los países que lo reciben con entusiasmo, declaran no poder vivir sin él.  Dicen que vivir sin Dios es posible, pero sin este señor: jamás. 

Es probable que la importancia que le asignan los medios informativos a su estado emocional y sus berrinches, se deba al Curriculum que exhibió cuando llegó a nuestro país, junto a un grupo de amigos, todos de la Universidad de Chicago, que estudiaron bajo las teorías del premio Nobel: Milton Friedman.  Tener ese privilegio no es algo menor.

Sin una imagen corpórea a quien recurrir, porque sólo se publica cómo amanece o reacciona día a día, no me queda otra cosa que fantasear.  

Lo imagino como un señor grande, corpulento y colorín.  Un híbrido entre el senador recién electo Rojo Edwars y Arnold Schwarzenegger. Vestido elegantemente con trajes de alta costura londinense “Dege & Skinner”, zapatos italianos “Fendi”, camisa y corbata de seda “Christian Dior”, con un reloj de oro “Rolex” y colleras también de oro “Cartier”. 

Lo veo felizmente casado con Lynda Publizidà, con quién tiene dos hijos: Rento Máximo  y Bohlsa Pilar.  No hay duda alguna que conforman una de las familias más exitosas del planeta. 

Poco le gusta la naturaleza, a no ser que sea para modificarla extrayendo sus recursos y minerales.  Por eso, no vive en el campo rodeado de vegetación como pensaríamos, sino en los diferentes penthouse que tiene en los más exclusivos sectores de las grandes metrópolis.

De su origen familiar, poco se publica.  Los periodistas no han hecho el trabajo que hicieron con el ex-candidato presidencial Sebastian Sichel:  entrevistar a los parientes.   Pero una buena amiga, que todo lo sabe, me contó que el padre del señor Mercado se llamaba -porque ya falleció-  Adam Smith.  No sé si creerle o no, porque los apellidos no calzan, a no ser que sufra lo mismo que el ex-candidato Sichel, que antes se apellidaba Iglesias.  Todo puede ser.

Lo que sí sé, es que me aburrieron las rabietas manipuladoras e infantiles de este grandulón.  Días atrás, amenazaba deprimirse según fuera el resultado de la elección parlamentaria.  Pero el resultado lo dejó contento, casi eufórico.  La prensa informó -con grandes titulares- una positiva reacción del señor Mercado, al día siguiente de la jornada electoral.  

Ahora que se viene la segunda vuelta de elección presidencial, entró nuevamente en crisis de pánico: está inestable.  Los candidatos que pasaron a segunda vuelta -que se define el 19 de diciembre próximo- son Gabriel Boric (izquierda) y José Kast (derecha).  Como ambos candidatos representan los extremos de nuestra política, no les queda otra cosa -para conquistar votos-, que readecuar sus programas de futuro gobierno y fortalecer sus equipos.  O sea, una gran voltereta poco artística.

El candidato Boric incorporó a su equipo de campaña a la ex-presidenta del Colegio Médico Izquia Siches y horas más tarde, el candidato Kast, a la Subsecretaria de Salud Paula Daza. 

Con tan prestigiados médicos en la campaña presidencial, me gustaría solicitar desde aquí, que le receten a éste personaje, -por el tiempo que dure la campaña- una dosis de ansiolíticos, para que se calme y reaccione con cordura. 

Decirle a este señor que viva tranquilo. No está en peligro.  Si gana Kast, la doctora Paula le recetará una dosis de vitaminas para fortalecer su sistema inmune y si gana Boric, la doctora Izquia puede que le haga algunos retoques en los párpados caídos y hasta le saque la papada.  Nada más se podrá hacer sin mayoría en el Congreso.    

Y si no le gusta medicarse con ansiolíticos, le recomendaría repetir muchas veces el “mantra OM”. Es increíble como relaja.  También, meditar y meditar.   Así eliminará el flujo de pensamientos confusos que pueden estar provocándole miedo.  Incluso puede lograr descubrir,  que no todo lo ha hecho tan bien como cree y que allí pudiese estar, el origen de su angustia y sus miedos. 

Om… Om… Om…