El mundo de las aves es apasionante. Se estima que existen más de 60 mil millones en la tierra, que según las estaciones del año, se desplazan con gracia y estilo entre regiones y continentes. Las hay de variados tamaños y colores. Tan imponentes como el cóndor y tan pequeñitos como el colibrí.
Dice la leyenda que al principio de los tiempos, todos los pájaros eran de color marrón, pero que al descubrir los hermosos colores de las flores, comenzaron a sentir envidia. Por eso, se reunieron y decidieron llamar a la Madre Naturaleza para que les cambiara el color. Y así fue, como la Madre tomó su paleta de colores y pintó plumas, pechos, cabezas, coronas, patas y picos al gusto de cada especie. A algunos se les despertó la codicia y pidieron más de un color. Por eso, cuando llegó el gorrión -que andaba pajareando- la paleta ya estaba vacía y sólo alcanzó una pequeña gota de color amarillo que la Madre le colocó en la comisura del pico.
En Chile, se han identificado alrededor de 600 especies, entre endémicas y accidentales. Tenemos chincoles, gorriones, loicas, tiuques, picaflores, diucas, zorzales y etc., etc.
Nuestra ave más colorida, es el pájaro de siete colores. Un pequeño pajarito que se hizo famoso por ser la inspiración de Fiu, la mascota de los recientes Juegos Panamericanos y Parapanamericanos 2023, que se robó el corazón de todos.
Los pájaros emiten una variedad de sonidos diferentes: chirridos, silbidos, trinos y otros. Decimos que trinan o cantan cuando son melodiosos. Los entendidos señalan que no hay nada más armonioso, que el canto del ruiseñor.
Son tan inteligentes que sus nidos son verdaderas obras de ingeniería, construidos en tierra firme, arena, humedales o en las copas de los árboles.
Para una vida humana, lograr ver en libertad a un importante porcentaje de los pájaros del universo, aunque fuese el propósito de vida, sería una misión imposible. Pero basta conectarse con la naturaleza para ver a algunos, volar y danzar entre árboles y pastizales, observar las bandadas que migran en busca de un mejor clima para reproducirse; todo aquello, siempre y cuando, elevemos la mirada y no esté enterrada en un celular.
Otra forma de conocerlos y disfrutar de sus encantos, es visitando los Aviarios. En la quinta región tenemos uno con gran variedad de especies.
La disciplina encargada del estudio de las aves es la Ornitología, que es una rama de la Zoología.
Pero, vamos al grano, que me estoy desviando del tema, título de este escrito. Pintar es una buena técnica de relajación, que ayuda a reducir la tensión física o mental. Se ha puesto de moda pintar mandalas, incluso para estimular el sistema inmunológico.
Sin embargo, pintar pajaritos de colores, tiene en nuestro país una connotación diferente a colorear pajaritos. Es una locución que se expresa cuando nos engañan con mucha retórica o con promesas que nunca se cumplen. No obstante, creo que asociar los pajaritos de colores con el engaño, me parece injusto y de mal gusto. Aves tan bellas no deberían utilizarse para fines tan despreciables.
Pero los dichos populares son lo que son: algún pintor los coloreó y con esa creación engañó a alguien, y ese pudo ser el origen... Quién sabe.
Lo que sí sabemos es que actualmente, proliferan los pintores de pajaritos de colores. Los encontramos en la política, las finanzas, en organizaciones, y hasta en el sentimiento más noble: el amor.
Casos hay muchos. Como cuando se construyó -años atrás- el nuevo puente San Pedro que une el sector céntrico de Osorno con Rahue. No hay duda que nos pintaron pajaritos de colores. El proyecto, el diseño y los recursos asignados, contemplaban un puente con un imponente arco ornamental, que lucía espléndido en la maqueta. No se hablaba de otra cosa que del espectacular puente con arco. El arco ornamental sería una atracción turística para la ciudad que, además, le daría identidad. Pero, se construyó sólo el puente y del arco ornamental, nunca más se supo.
Algo parecido sucede con la deuda histórica de más de 40 años, que el Estado de Chile tiene con los profesores. En cada campaña presidencial el candidato o candidata nos pinta pajaritos de colores: nos prometen que si salen electos, el pago de dicha deuda será prioridad del gobierno. Y así han pasado los años, los beneficiarios van muriendo y el pago no se concreta.
En el mundo de las finanzas, abundan los pintores. Los más conocidos del último tiempo son Alberto Chang y Rafael Garay. Este último, se paseó por todos los canales de televisión dando consejos de inversión de fondos. Ambos, les pintaron pajaritos de colores a nuestro jet set criollo y miles de millones de pesos se esfumaron como el humo.
Pero pintar pajaritos de colores en el amor, es otra cosa. Tiene otro calibre. Es devastador. Produce un daño emocional difícil de sobrellevar y una pérdida de confianza para con otras personas. Casos hay muchos. Desde aquellos que se ventilan por la televisión y que afecta a personajes del espectáculo o farándula, a los que se viven con dolor y vergüenza en total anonimato.
Los pajaritos de colores, tan bellos y melodiosos que nos inspiran aires de libertad, pintados en el dicho popular, son nefastos en toda circunstancia.
Por este motivo, me dijo un pajarito: ¡Attenti, attenti, sempre!